) LO QUE SUENA ( #2
) WHAT IT SOUNDS LIKE ( #2
) ALLÒ QUE SONA ( #2

21.05.23

Acá en el sur, donde ralea el oxígeno a 3,399 metros sobre el nivel del mar, suena coordinado y bello, mi querido Abrán, el zapateo sobre los adoquines de esta plaza, donde una vez existió un pantano atravesado por el río Saphi. Unos 40 pies saltan juntos, como pisoteando arvejas. Cada tanto ellos lanzan gritos parecidos al relinche del caballo y las chicas, pajaritos agudos, imitan una bandada desaforada de zorzales andinos. Bailan justo sobre el paso de zebra, frente a las escalinatas de la catedral. Sobre ellas se oyen nuestros aplausos y las voces de ancianas y niños comentando en la noche fría, cuando una señora nos ofrece chocolate caliente y café por 5 soles. 
¡Hacemos así, 13, 14, 15, 16! El parlante vuelve a llenar la plaza con arpas y violines en rasgeos cortos muy seguidos. Qué manera feliz de hacer sonar las cuerdas saltando. Cuando el parlante y el zapateo se silencian escucho cerquita, bajo mi casaca, los latidos de mi corazón aumentados por la hoja de coca que he masticado para contrarrestar los efectos de la altura. Enseguida se acaba el descanso y zapatean ellas, muy guapas, de nuevo. ¡Más! Grita el director. ¡Todos! ¡Enamórala! ¡Enamórala!

Me levanto de la escalinata, avanzo entre personas elegantes, niñas con vestidito rosa satinado y sonidos de tacones altos. Junto a la gente con flores, golpean potentes los tambores de una banda de 3. Dentro de la capilla dorada debe haber una banda más numerosa; arpas, violines y saxos en vivo salen por la puerta desde un fondo que no veo. A unos 30 metros sigue trinando el ensayo de las bailarinas. Pasa una mujer mayor rozando las vestimentas del resto de personas apretujadas, nos saluda a todos, uno a uno. Señor, señora, buena noche. Dicen que alguien va a salir por esta puerta. Los cuerpos brillan y suenan cuando caminan. Mi corazón late más fuerte. Ahora son las voces de los hombres bailando que llegan desde la plaza. Se entreveran el ensayo y el festejo: el zapateo sobre los adoquines a la intemperie en el paso de zebra, y lo que sucede dentro del pan de oro de la iglesia, su música organizada, la multitud ansiosa esperando.

Una de las niñas de rosa le dice “salta” a la otra, y avanzan riendo a una pata en carrera cuesta abajo desde la pared hacia las escaleras de piedra. Ella tose, está enferma.

][

24.05.23

Mi querida Luzma,

El constante murmullo del combustible que mantiene al enorme edificio en el que transito mareado de una ciudad a otra, casi no deja percibir el chancleteo de la olas. Gaviotas y albatros con sus graznidos y sus llamadas largas, otras más cortas, marcan sus territorios sobre la nave, también cagándola con descaro, aveces a uno también.
Muchas lenguas, muchos acentos, tantos como colores de piel, maneras de hablarse, de moverse, de relacionarnos, nos emparejan en nuestra humana miniatura frente al mar.
Las carcajadas de la infancia, las palabrotas adultas, las risitas cómplices, los gritos autoritarios, los llantos rebeldes o débiles, todos se revuelven con la música de un grupo versátil, que va de los Beatles a Amy Winehouse, rebotan con una playlist lejana que rebota del country a la cumbia, confunden mis memorias y a mis pies, que lo que quieren es quitarse los calcetines.

Abrazotes sonoros, 

Ac

24.05.23

La tolva de la pick up cargada de caramelos de limón, frutos secos, una botella de pisco, cámaras, hidrófonos, bolsas de dormir, café para pasar, pastillas, hojas de coca y muña, gorros de lana y manzanas; todo cubierto por un plástico celeste asegurado con cuerdas por si llueve, golpea la trocha serpenteante levantando polvo y nos hace subir las ventanas. Entonces sobresale la voz de Cindy Lauper en ‘Girls Just Want to Have Fun’ del playlist de Yordi, armado con canciones descargadas de radio Oasis. Cuando llega ‘Como un burro amarrado a la pista de baile’ de El último de la fila, subo el volumen y miro al fondo el pico nevado del Salcantay. Yordi ha pronunciado los nombres quechua escritos en carteles a lo largo del camino: Huasao, Choquepata, Huarcapay, Rumicolca, Huaraypata, Quiquijana, Chuquicahuana, Checacupe, Uchullujllo. Mirando concentrada al frente para no marearme, observo en el parbrisas una lamina de hielo derritiéndose. Laxa, por la falta de oxígeno, dejo de prestar atención a uno de los peores temas peruanos de los 90 y vuelvo somnolienta a la tarde de ayer en el mercado. Sus olores a quesos y a carnes crudas, las réplicas de huacos eróticos en colores chirriantes, los bellos diseños geométricos -más viejos que los de Anni y Joseph Albers- en los bolsos de rafia. La voz de Castorcito sale de una radio instalada cerca de las salsas de huacatay y de rocoto. Dos perros dormidos cuidan los cactus de San Pedro en el puesto de la señora Atila, ella y sus colegas discuten sobre la historia de un futbolista que vieron en un programa de TV. Se oyen toquecitos de vidrios cuando acomodan, uno junto al otro, pomos con Colonia de Ruda, Agua de Kanango, Sándalo, Llama Plata y Siete Contras para proteger contra la maldad, la envidia y la mala suerte; granos de kiwicha, quinua, cañihua, y harina de maca caen en sacos de 20 kilos, todos como cataratas de caudales diferentes. “Salud pues chiquilla” dice un hombre a su joven vecina de puesto. Ella voltea hacia su amiga y ambas continuan tomando sopa haciendo notas agudas cada vez que meten la cuchara al plato de loza. 

Salgo del mercado por la puerta lateral hacia la calle ancha. En un estrado de madera protegido en los lados por malla raschel negra sacudida por el viento, batería, teclado, bajo y guitarra eléctrica ofrecen un concierto de cumbia amplificado por parlantes gigantes, colmando de música la calle entera. Personas con una botella grande de cerveza en la mano y decenas de voces y risas, ocupan el espacio. La bolsa plástica donde llevo queso de Anta, un huaco erótico fucsia y 6 mandarinas suena mientras bailo con ellos. Atardece el domingo mi querido y recordado Abrán. Este momento con los oídos repletos me lleva, de pronto, a la noche en que Matías, Diego, tú y yo cantamos dentro del cuarto de baño de Diego -para aprovechar su acústica- ebrios y felices, en un castillo vacio. 

Te abrazo,
LM

][

07.06.23

Lo que me dices resuena en mis orejas, y en mi cerebro, justo porque estoy practicando -dolorosamente escuchando mi propia voz, junto a la de las nubes, que gotean sin parar desde antier- la lectura en voz alta del siguiente trabalenguas, tomado de la introducción que hice para la versión que acaba de publicar Alias (la editorial de mi querido amigo Damián Ortega, que se encarga de reeditar, traducir y -a veces- rescatar publicaciones agotadas, sin traducir o que simplemente a él le gustan) de ‘Pageant of the Pacific’, con los mapas que pintó Miguel Covarrubias hace casi cien años:

Malay, Kalmuk, Cakchiquel, Fueguian, Dayak, Mongol, Cuban, Tehuelche, Bagobo, Russian, Californian, Araucanian, Toradja, Ainu, Seri, Gaucho, Buginese, Yaqui, Toba, Japanese, Southern Negro, Amboinese, Korean, Seminole, Papuan, Chinese, Pomo, Guarani, Nias, Mentawei, Sikh, Navajo, Bororo, Kiowa, Menangkebau, Tibetan, Cree, Uro-Chipaya, Javanese, Naga, Salish, Botocubo, Hopi, Man-Coc, Balinese, Quechua, Cherokee, Cantonese, Aymara, Osage, Tamil, Timorese, Moxo, Westerner, Bengali, New Irelander, Kayaro, Easterner, Burmese, Solomon, Ipurina, Kwakiutl, Moi Laotian, Trobriand, Haida, Annamese, Australian, Jivaro, Sarcee, Bontoc, Aranda, Boro, Sioux, Negrito, Aborigines, Arawak, Mid-Westerner, Marshall, Ojibwa, Tagalog, Carib, Iroqois, Padaung, Nauru, Pure Kamekran, Siamese, New Hebrides, Quimbaya, Alaskan, Cambodian, Fijian, Telugu, Djuka, Tongan, Rarotongan, Quiche, Eskimo, Toda, Samoan, Kutchin, Maratha, Maori, San Blas, NW Canadian, Gond, Tahitian, Martinican, Chipewyan, Gujarati, Tarascan, Naskapi, Sindhi, Tuamotuan, Menomini, Munda-Kol, Marquesano, Mexican, Chukcih, Gurkha, Mangarevan, Otomi, Koryak, Punjabi, Easter Island, Zapotec, Yakut, Vedda, Hawaiian, Tungus, Singhalese, Maya, Gilyak, Batak, Aleut.

Son Los nombres que el artista escribió sobre la representación de algunos de los pueblos que habitan los territorios tangenciales al Pacífico, en la representación que hizo en los murales portátiles que se exhibieron en San Francisco, y luego en Nueva York, en el museo de historia natural, por varios años, hasta que las ideas del Difusionismo que tanto influenciaron esas seis obras, pintadas en paneles desmontables, de las cuales una sigue misteriosamente desaparecida, la del mapa de las artes. 

Mañana vamos a presentar el libro en el Museo de Artes Populares, donde también hay un mural de El Chamaco, como le apodaban a Covarrubias, uno que representa justamente las tradiciones ‘artesanales’ de las culturas originarias de lo que hoy conocemos como México. Creo que mejor voy a dejar de ensayar la lectura y voy a poner ‘Mi agüita amarilla’ de  Los Toreros Muertos.

Abrazos cariñosos,
ac


26.06.23
Mi querido Abrán, he leído en voz alta tu trabalenguas y he disfrutado cada palabra: Toradja.

Yo he vuelto a casa, pero también me he quedado allá. Rodeado de infinitas rocas asomando en el tiempo conforme cede el hielo, el Quelccaya habla. Philippe lo grabó hace unos días mientras caminábamos por su lengua glaciar:

Audios Quelccaya - Google Drive


Gran abrazo,

LM


][

26.06.23
Querida Luzma,

Yo grabé esto, que corresponde a mis rocas urbanas, transitadas por carruajes de combustión interna todavía…

https://share.icloud.com/photos/0db4CHJ4GNqlG_NkDEMT7xXdw

Seguramente has oído hablar de esto, que -aunque ya es parte del cotidiano ajetreo sonoro de mi ciudad, con todo y su lado kitsch- implica una potente carga de interpretación sobre la economía, la ecología, la desigual distribución de la riqueza (otra vez), y todos sus aledaños.

Se ha escrito abundante al respecto, acá te va una breve nota, simpática e ilustradora del asunto:

https://www.sopitas.com/noticias/la-voz-detras-de-se-compran-colchones/

Besos y abrazos, bienvenida a casa,

ac

21.05.23

Here in the South, where the oxygen is thinning at 3,399 meters above sea level, it sounds coordinated and beautiful, my dear Abrán, the stomping on the cobblestones of this square, where once there was a swamp crossed by the Saphi River. About 40 feet jump together, as if trampling peas. Every now and then they let out cries similar to the neighing of a horse and the girls, sharp little birds, imitate an unbridled flock of Andean thrushes. They dance right on the zebra crossing, in front of the cathedral steps. Above them we hear our applause and the voices of old women and children commenting in the cold night, when a lady offers us hot chocolate and coffee for 5 soles.

We do it like this, 13, 14, 15, 16! The loudspeaker fills the plaza again with harps and violins in short strums in close succession. What a happy way to make the strings sound jumping. When the loudspeaker and the zapateo are silenced, I hear my heartbeat close by, under my jacket, increased by the coca leaf I have chewed to counteract the effects of the altitude. Soon the break is over and they stomp their feet, very beautiful, again. More! shouts the director. Everybody! Fall in love with her! Fall in love with her!

I get up from the steps, I walk among elegant people, girls with little pink satin dresses and sounds of high heels. Inside the golden chapel there must be a larger band; live harps, violins and saxophones come through the door from a background I can't see. About 30 yards away the rehearsal of the dancers is still trilling. An older woman walks by, brushing against the clothes of the other people in the crowd, greeting us all, one by one. Sir, madam, good evening. They say someone is coming out of this door. Bodies shimmer and rattle as they walk. My heart beats louder. Now it's the voices of the dancing men coming from the square. Rehearsal and celebration intermingle: the stomping on the cobblestones in the open on the zebra crossing, and what happens inside the gold leaf of the church, its music organized, the crowd anxiously waiting.

One of the girls in pink says "jump" to the other, and they advance laughing on one leg in a race down the hill from the wall to the stone steps. She coughs, she is sick.

][

24.05.23

My dear Luzma,

The constant murmur of the fuel that keeps the huge building in which I pass dizzily from one city to another, almost does not allow to perceive the crashing of the waves. Seagulls and albatrosses with their squawks and their long calls, others shorter, mark their territories on the ship, also shamelessly shitting on it, sometimes on me too.
Many languages, many accents, as many as skin colors, ways of speaking, of moving, of relating to each other, match us in our human miniature in front of the sea.
The laughter of childhood, the adult’s swear words, the complicit giggles, the authoritarian shouts, the rebellious or weak cries, all of them are mixed with the music of a versatile group, ranging from the Beatles to Amy Winehouse, bouncing with a distant playlist that bounces from country to cumbia, confusing my memories and my feet, which want to take off their socks.

Sound hugs,

Ac

24.05.23

The pick up's hopper loaded with lemon candies, dried fruits, a bottle of pisco, cameras, hydrophones, sleeping bags, ground coffee, pills, coca and pineapple leaves, wool hats and apples; all covered by a light blue plastic secured with ropes in case it rains, hits the winding road raising dust and makes us roll up the windows. Then Cindy Lauper's voice stands out on 'Girls Just Want to Have Fun' from Yordi's playlist, armed with songs downloaded from Oasis radio. When 'Como un burro amarrado a la pista de baile' from El último de la fila comes on, I turn up the volume and look at the snow-capped peak of Salcantay in the background. Yordi has pronounced the Quechua names written on signs along the way: Huasao, Choquepata, Huarcapay, Rumicolca, Huaraypata, Quiquijana, Chuquicahuana, Checacupe, Uchullujllo. Looking straight ahead so as not to get dizzy, I observe a melting sheet of ice on the windscreen. Lazy from lack of oxygen, I stop paying attention to one of the worst Peruvian themes of the 90's and sleepily return to yesterday afternoon at the market. Its smells of cheeses and raw meats, the erotic huaco replicas in squeaky colors, the beautiful geometric designs - older than Anni and Joseph Albers’ ones - on the raffia bags. Castorcito's voice comes from a radio installed near the huacatay and rocoto sauces. Two sleeping dogs guard the San Pedro cactus at Mrs. Atila's stand, she and her colleagues discuss the story of a soccer player they saw on a TV show. Glasses are heard tapping as they arrange, one next to the other, knobs with Colonia de Ruda, Agua de Kanango, Sándalo, Llama Plata and Siete Contras to protect against evil, envy and bad luck; kiwicha, quinoa, cañihua, and maca flour grains fall in 20 kilos sacks, all like waterfalls of different streams. "Cheers them little girl” says a man to his young stall neighbor. She turns to her friend and they both continue eating soup making sharp notes each time they put the spoon into the earthenware dish.

I leave the market through the side door onto the wide street. On a wooden platform protected on the sides by black raschel mesh shaken by the wind, drums, keyboard, bass and electric guitar offer a cumbia concert amplified by giant speakers, filling the whole street with music. People with a big bottle of beer in their hands and dozens of voices and laughter, occupy the space. The plastic bag in which I carry Anta cheese, a fuchsia erotic huaco and 6 tangerines rings while I dance with them. Sunday dusk, my dear and remembered Abrán. This moment with my ears full suddenly takes me back to the night when Matías, Diego, you and I sang inside Diego's bathroom -to take advantage of its acoustics- drunk and happy, in an empty castle.

I embrace you,
LM

][

07.06.23

What you tell me resonates in my ears, and in my brain, just because I am practicing - painfully listening to my own voice, together with that of the clouds, which drip non-stop since the day before yesterday - the reading aloud of the following tongue twister, taken from the introduction I did for the version just published by Alias (the publishing house of my dear friend Damián Ortega, who is in charge of republishing, translating and -sometimes- rescuing publications that are out of print, untranslated or that he simply likes) of 'Pageant of the Pacific', with the maps painted by Miguel Covarrubias almost a hundred years ago:

Malay, Kalmuk, Cakchiquel, Fueguian, Dayak, Mongol, Cuban, Tehuelche, Bagobo, Russian, Californian, Araucanian, Toradja, Ainu, Seri, Gaucho, Buginese, Yaqui, Toba, Japanese, Southern Negro, Amboinese, Korean, Seminole, Papuan, Chinese, Pomo, Guarani, Nias, Mentawei, Sikh, Navajo, Bororo, Kiowa, Menangkebau, Tibetan, Cree, Uro-Chipaya, Javanese, Naga, Salish, Botocubo, Hopi, Man-Coc, Balinese, Quechua, Cherokee, Cantonese, Aymara, Osage, Tamil, Timorese, Moxo, Westerner, Bengali, New Irelander, Kayaro, Easterner, Burmese, Solomon, Ipurina, Kwakiutl, Moi Laotian, Trobriand, Haida, Annamese, Australian, Jivaro, Sarcee, Bontoc, Aranda, Boro, Sioux, Negrito, Aborigines, Arawak, Mid-Westerner, Marshall, Ojibwa, Tagalog, Carib, Iroqois, Padaung, Nauru, Pure Kamekran, Siamese, New Hebrides, Quimbaya, Alaskan, Cambodian, Fijian, Telugu, Djuka, Tongan, Rarotongan, Quiche, Eskimo, Toda, Samoan, Kutchin, Maratha, Maori, San Blas, NW Canadian, Gond, Tahitian, Martinican, Chipewyan, Gujarati, Tarascan, Naskapi, Sindhi, Tuamotuan, Menomini, Munda-Kol, Marquesano, Mexican, Chukcih, Gurkha, Mangarevan, Otomi, Koryak, Punjabi, Easter Island, Zapotec, Yakut, Vedda, Hawaiian, Tungus, Singhalese, Maya, Gilyak, Batak, Aleut.

These are the names that the artist wrote on the representation of some of the peoples that inhabit the territories tangential to the Pacific, in the representation that he made in the portable murals that were exhibited in San Francisco, and then in New York, in the Museum of Natural History, for several years, until the ideas of Diffusionism that so influenced those six works, painted on removable panels, of which one is still mysteriously missing, the map of the arts.

Tomorrow we are going to present the book at the Museum of Popular Arts, where there is also a mural by El Chamaco, as Covarrubias was nicknamed, one that represents precisely the 'artisanal' traditions of the original cultures of what we know today as Mexico. I think I'd better stop rehearsing my reading and put on 'Mi agüita amarilla' by Los Toreros Muertos.

Loving hugs,


ac


26.06.23
My dear Abrán, I read aloud your tongue twister and enjoyed every word: Toradja.

I have returned home, but I have also stayed there. Surrounded by infinite rocks looming in time as the ice gives way, the Quelccaya speaks. Philippe recorded it a few days ago as we walked along its glacier tongue:

Quelccaya Audios - Google Drive

Big hug,

LM


][

26.06.23
Dear Luzma,

I recorded this, which corresponds to my urban rocks, traversed by internal combustion carriages still...

https://share.icloud.com/photos/0db4CHJ4GNqlG_NkDEMT7xXdw

Surely you have heard about this, which -although it is already part of the daily sound of my city, with all its kitsch side- implies a powerful load of interpretation about the economy, ecology, the unequal distribution of wealth (again), and all its surroundings.

Much has been written about it, here is a brief note, nice and illustrative of the subject:

https://www.sopitas.com/noticias/la-voz-detras-de-se-compran-colchones/

Kisses and hugs, welcome home,

ac

21.05.23

Aquí al sud, on ratlla l'oxigen a 3,399 metres sobre el nivell del mar, sona coordinat i bell, el meu estimat Abrán, la sabateja sobre les llambordes d'aquesta plaça, on una vegada va existir un pantà travessat pel riu Saphi. Uns 40 peus salten junts, com trepitjant veça. Cada cop ells llancen crits semblants al renill del cavall i les noies, ocellets aguts, imiten una bandada desaforada de tords andins. Ballen just sobre el pas de zebra, davant de les escalinates de la catedral. Sobre elles se senten els nostres aplaudiments i les veus de ancianes i nens comentant a la nit freda, quan una senyora ens ofereix xocolata calenta i cafè per 5 sols.
Fem així, 13, 14, 15, 16! L’altaveu torna a omplir la plaça amb arpes i violins en trets curts molt seguits. Quina manera feliç de fer sonar les cordes saltant. Quan l’altaveu i la taloneig se silencien escolto a prop, sota la meva jaqueta, els batecs del meu cor augmentats per la fulla de coca que he mastegat per contrarestar els efectes de l'alçada. De seguida s'acaba el descans i sabategen elles, molt maques, un altre cop. Més! Crida el director. Tots! Enamora-la! Enamora-la!

M'aixeco de l'escalinata, avanço entre persones elegants, nenes amb vestidet rosa setinat i sons de talons alts. Al costat de la gent amb flors, colpegen potents els tambors d'una banda de 3. Dins la capella daurada hi ha d'haver una banda més nombrosa; arpes, violins i saxos en viu surten per la porta des d'un fons que no veig. A uns 30 metres continua trinant l'assaig de les ballarines. Passa una dona gran fregant les vestimentes de la resta de persones atapeïdes, ens saluda a tots, un per un. Senyor, senyora, bona nit. Diuen que algú sortirà per aquesta porta. Els cossos brillen i sonen quan caminen. El meu cor batega més fort. Ara són les veus dels homes ballant que arriben des de la plaça. S'entremesclen l'assaig i el festeig: el sabateig sobre les llambordes a la intempèrie al pas de zebra, i el que passa dins del pa d'or de l'església, la seva música organitzada, la multitud ansiosa esperant.

Una de les nenes de rosa diu “salta” a l'altra, i avancen rient a una cama en cursa costa avall des de la paret cap a les escales de pedra. Ella tus, està malalta.

][

24.05.23

La meva estimada Luzma,

El murmuri constant del combustible que manté l'enorme edifici on transito marejat d'una ciutat a una altra, gairebé no deixa percebre el xancleteig de les onades. Gavines i albatros amb els seus cuclejos i les seves cridades llargues, altres més curtes, marquen els seus territoris sobre la nau, també cagant-la amb desvergonyiment, de vegades a un també.
Moltes llengües, molts accents, tants com colors de pell, maneres de parlar-se, de moure's, de relacionar-nos, ens emparellen en la nostra humana miniatura davant del mar.
Les riallades de la infància, les paraulotes adultes, les rialletes còmplices, els crits autoritaris, els plors rebels o febles, tots es regiren amb la música d'un grup versàtil, que va dels Beatles a Amy Winehouse, reboten amb una llista de repdroducció llunyana que rebota del country a la cúmbia, confonen les meves memòries i als meus peus, que el que volen és treure's els mitjons.

Abraçades sonores,

Ac

24.05.23

La tremuja de la camioneta carregada de caramels de llimona, fruits secs, una ampolla de pisco, càmeres, hidròfons, bosses de dormir, cafè per passar, pastilles, fulles de coca i monya, gorres de llana i pomes; tot cobert per un plàstic celeste assegurat amb cordes per si plou, copeja la trocha serpentejant aixecant pols i ens fa pujar les finestres. Aleshores sobresurt la veu de Cindy Lauper a “Girls Just Want to Have Fun” de la llista de reproducció de Yordi, armat amb cançons descarregades de ràdio Oasis. Quan arriba 'Como un burro amarrado a la pista de baile' d’El último de la fila, pujo el volum i miro al fons el pic nevat del Salcantay. Yordi ha pronunciat els noms quítxua escrits en cartells al llarg del camí: Huasao, Choquepata, Huarcapay, Rumicolca, Huaraypata, Quiquijana, Chuquicahuana, Checacupe, Uchullujllo. Mirant concentrada al capdavant per no marejar-me, observo al parabrises una làmina de gel fonent-se. Laxa, per la falta d'oxigen, deixo de parar esment a un dels pitjors temes peruans dels 90 i torno somnolenta a la tarda d’ahir al mercat. Les seves olors de formatges i de carns crues, les rèpliques dels huacos eròtics en colors grinyolants, els bells dissenys geomètrics -més vells que els d'Anni i Joseph Albers- a les bosses de ràfia. La veu de Castorcito surt d'una ràdio instal·lada a prop de les salses de huacatay i de rocoto. Dos gossos adormits cuiden els cactus de Sant Pere a la parada de la senyora Atila, ella i els seus col·legues discuteixen sobre la història d'un futbolista que varen veure en un programa de TV. Se senten toquets de vidres quan acomoden, un al costat de l'altre, poms amb Colònia de Ruda, Aigua de Kanango, Sàndal, Flama Plata i Siete Contras per protegir contra la maldat, l'enveja i la mala sort; grans de kiwicha, quinua, cañihua, i farina de maca cauen en sacs de 20 quilos, tots com a cataractes de cabals diferents. “Salut doncs noia” diu un home a la seva jove veïna de lloc. Ella es gira cap a la seva amiga i totes dues continuen prenent sopa fent notes agudes cada vegada que fiquen la cullera al plat de pisa.

Surto del mercat per la porta lateral cap al carrer ample. En una estrada de fusta protegida als costats per malla raschel negra sacsejada pel vent, bateria, teclat, baix i guitarra elèctrica ofereixen un concert de cúmbia amplificat per altaveus gegants, omplint de música el carrer sencer. Persones amb una ampolla gran de cervesa a la mà i desenes de veus i rialles, ocupen l’espai. La bossa de plàstic on porto formatge d'Anta, un huaco eròtic fúcsia i 6 mandarines sona mentre ballo amb ells. Arriba el capvespre el diumenge el meu estimat i recordat Abrán. Aquest moment amb les orelles plenes em porta, de sobte, a la nit en què Matías, Diego, tu i jo cantem dins la cambra de bany de Diego -per aprofitar la seva acústica- ebris i feliços, en un castell buit.

T'abraço,
LM

][

07.06.23
El que em dius ressona a les meves orelles, i al meu cervell, just perquè estic practicant -dolorosament escoltant la meva pròpia veu, al costat de la dels núvols, que degoten sense parar des d’abans d’ahir - la lectura en veu alta del següent embarbussament, pres de la introducció que vaig fer per a la versió que acaba de publicar Alias ​​(l'editorial del meu estimat amic Damián Ortega, que s'encarrega de reeditar, traduir i -de vegades- rescatar publicacions esgotades, sense traduir o que simplement li agraden) de 'Pageant of the Pacific', amb els mapes que va pintar Miguel Covarrubias fa gairebé cent anys:

Malai, Kalmuk, Cakchiquel, Fueguian, Dayak, Mongol, Cuban, Tehuelche, Bagobo, Russian, Californian, Araucanian, Toradja, Ainu, Seri, Gaucho, Buginese, Yaqui, Toba, Japanese, Southern Negre, Amboinese, Korean, Semin , Chinese, Pom, Guarani, Nias, Mentawei, Sikh, Navajo, Bororo, Kiowa, Menangkebau, Tibetan, Creu, Uro-Chipaya, Javanese, Naga, Salish, Botocub, Hopi, Man-Coc, Balinese, Quechua, Cherokee, Cantonese , Aymara, Osage, Tàmil, Timorese, Moxo, Westerner, Bengali, New Irelander, Kayaro, Easterner, Burmese, Solomon, Ipurina, Kwakiutl, Moi Laotian, Trobriand, Haida, Annamese, Australian, Jivaro, Sarcee, Bontoc, Aranda , Sioux, Negrit, Aborigins, Arawak, Mid-Westerner, Marshall, Ojibwa, Tagalog, Carib, Iroqois, Padaung, Nauru, Pure Kamekran, Siamese, New Hebrides, Quimbaya, Alaskan, Cambodian, Fijian, Telugu, Djuka, Tongan , Quiche, Eskimo, Tota, Samoan, Kutchin, Maratha, Maori, Sant Blai, NW Canadian, Gond, Tahitian, Martinican, Chipewyan, Gujarati, Tarascan, Naskapi, Sindhi, Tuamotuan, Menomini, Munda-Kol, Marquesà, Mexican, Chuk , Gurkha, Mangarevan, Otomi, Koryak, Panjabi, Easter Island, Zapotec, Iakut, Vedda, Hawaii, Tungus, Singhalese, Maya, Gilyak, Batak, Aleut.

Són els noms que l'artista va escriure sobre la representació d'alguns dels pobles que habiten els territoris tangencials al Pacífic, en la representació que va fer als murals portàtils que es van exhibir a San Francisco, i després a Nova York, al museu d'història natural, per diversos anys, fins que les idees del Difusionisme que tant van influenciar aquestes sis obres, pintades en panells desmuntables, de les quals una segueix misteriosament desapareguda, la del mapa de les arts.

Demà presentarem el llibre al Museu d'Arts Populars, on també hi ha un mural d'El Chamaco, com el sobrenomenaven a Covarrubias, un que representa justament les tradicions 'artesanals' de les cultures originàries del que avui coneixem com a Mèxic. Crec que millor deixaré d'assajar la lectura i posaré 'Mi agüita amarilla' de Los Toreros Muertos.

Abraçades afectuoses,
Ac

26.06.23
El meu estimat Abram, he llegit en veu alta el teu embarbussament i he gaudit de cada paraula: Toradja.

Jo he tornat a casa, però també m'he quedat allà. Envoltat d'infinites roques treient el cap en el temps a mesura que cedeix el gel, el Quelccaya parla. Philippe el va gravar fa uns dies mentre caminàvem per la seva llengua glacial:

Àudios Quelccaya - Google Drive

Gran abraçada,

LM


][

26.06.23
Estimada Luzma,

Jo vaig gravar això, que correspon a les meves roques urbanes, transitades per carruatges de combustió interna encara…

https://share.icloud.com/photos/0db4CHJ4GNqlG_NkDEMT7xXdw

Segurament has sentit a parlar d'això, que -encara que ja és part del quotidià enrenou sonor de la meva ciutat, amb tot i el seu costat kitsch- implica una potent càrrega d'interpretació sobre l'economia, l'ecologia, la desigual distribució de la riquesa (una altra vegada ), i tots els seus voltants.

S'ha escrit abundantment sobre això, aquí et va una breu nota, simpàtica i il·lustradora de l'assumpte:

https://www.sopitas.com/noticias/la-voz-detras-de-se-compran-matalassos/

Petons i abraçades, benvinguda a casa,

ac

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